
Carlos Mojardin
Febrero 10, 2025
Kendrick Lamar llevó el hip-hop de la Costa Oeste, a Uncle Sam y a Serena Williams al Super Bowl
Por unos minutos, el Caesars Superdome de Nueva Orleans dejó de ser un estadio de fútbol americano y se convirtió en el epicentro del hip-hop de la Costa Oeste. Kendrick Lamar, el primer rapero en solitario en encabezar el show de medio tiempo del Super Bowl, no solo honró sus raíces, sino que lo hizo con un mensaje claro: su arte no se suaviza para nadie.
Con un público de más de 65,000 personas en el estadio y millones viendo desde casa, Lamar ofreció un show electrizante con una selección de temas de su más reciente álbum, GNX. Fiel a su estilo, reafirmó su compromiso con la esencia del rap, sin importar lo incómodo o polémico que esto pudiera resultar para algunos.
Desde el inicio, el espectáculo dejó claro su tono provocador. El actor Samuel L. Jackson apareció caracterizado como una versión satírica de Uncle Sam, observando cada movimiento de Lamar con advertencias como: "Nada demasiado ruidoso, demasiado caótico, demasiado ghetto." Pero lejos de acatar la supuesta advertencia, el rapero de Compton redobló la apuesta.
Una actuación que desató el caos
Lamar tomó el escenario con una energía incendiaria, abriendo con "squabble up" antes de dar paso a su éxito "HUMBLE.". En el momento más simbólico, un grupo de bailarines vestidos de rojo, blanco y azul formó una bandera estadounidense… con Lamar parado justo en el centro, rompiendo la unidad en una imagen que hablaba por sí sola.
Pero lo que realmente tenía a todos atentos era la gran incógnita: ¿se atrevería a interpretar "Not Like Us", el tema que desató una tormenta mediática y una batalla legal con Drake?
Desde su lanzamiento, la canción —que acusa al rapero canadiense de apropiación cultural y lo llama directamente "colonizador"— ha batido récords de streaming y ganado premios importantes. Pero también ha llevado a una demanda de Drake contra Universal Music Group, alegando que la disquera promovió el tema de manera malintencionada.
Lamar jugó con la expectativa. Cuando los primeros acordes de "Not Like Us" sonaron en el estadio, el público contuvo el aliento. "Pero ya saben cómo les gusta demandar," bromeó. En vez de lanzarse de inmediato, cedió el protagonismo a SZA, quien interpretó su verso en "luther", seguido de "All the Stars", el tema de Black Panther. Parecía un movimiento seguro… hasta que dejó de serlo.
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El golpe final
Cuando la gente menos lo esperaba, Kendrick tomó el micrófono y, con una sonrisa desafiante, desató "Not Like Us" en todo su esplendor. No censuró ni una sola línea, incluyendo las referencias directas a Drake. Como si eso no fuera suficiente, las cámaras captaron a Serena Williams —expareja de Drake y orgullosa hija de Compton— bailando crip walk al ritmo del tema.
Para cerrar con broche de oro, Lamar y DJ Mustard se pararon en el centro del campo y dispararon una última provocación con "tv off", transformando su coro en una advertencia al público: "Mejor apaguen su tele… porque nadie va a superar este show."
El mensaje fue claro: Kendrick Lamar no se censura, no se contiene y, sobre todo, no se deja ganar.