
Carlos Guzmán
Marzo 10, 2025
Un lugar llamado Seattle Seahawks...
Ya nada más falta que me saquen a mi también.
Desde hace un tiempo, Seattle es tierra de nadie, sobretodo hablando de la NFL. Ahora, los Seahawks han decidido sacudir todo y hacer cambios drásticos en su equipo. La pregunta es: ¿tienen un plan o simplemente están improvisando?
Primero, la bomba: DK METCALF A STEELERS. Ah si, y Geno Smith se va a Las Vegas con los Raiders. Pasó de ser un eterno suplente a Pro Bowler en Seattle, y ahora lo mandan a otro lado. ¿Tiene sentido? Quizá. No era el futuro del equipo, pero al menos mantenía competitividad. Ahora, con Sam Howell y Sam Darnold, por lo menos no todo es malo.
Luego viene el caos en los receptores. DK Metcalf, ya es Steeler y Tyler Lockett fue cortado. Eso deja a Jaxon Smith-Njigba como el nuevo WR1. Tiene talento, sí, pero ¿era necesario desarmar todo el cuerpo de receptores de un solo golpe? Difícil de justificar.
Encima de todo, el equipo trajo a Klint Kubiak como nuevo coordinador ofensivo. Buen tipo, pero le toca una misión titánica: armar algo funcional con una ofensiva llena de huecos y alrededor de Darnold. Suena como un dolor de cabeza en puerta.
Recordemos que ahora el equipo está en manos de Mike Macdonald, un entrenador joven que impresionó con su trabajo en la defensiva de los Ravens. La gran pregunta es si podrá trasladar ese éxito a un equipo en plena reestructuración. No es lo mismo heredar un equipo sólido que tener que construir uno desde cero. Su enfoque y liderazgo serán clave para evitar que este equipo se desmorone.
Si todo esto sale bien, los Seahawks pueden estar construyendo un proyecto a futuro. Pero si no, esto huele a años de mediocridad y frustración. Solo el tiempo dirá si esto es una jugada maestra o si los Seahawks acaban hundiéndose en su propio desorden.
Mientras tanto, yo me retiro a ahogarme en lamentos y ver la repetición del Super Bowl XLVIII. Con permiso.